Lugar: Restaurante Tres amigos
Dirección: Calle De Faro 2 – Marbella – Málaga
Teléfono: 952 86 75 54
Web: http://restaurante-tresamigos-marbella.u-city.org/
Hace menos de un año que ha abierto este restaurante que tiene ante sí un pequeño hándicap en contra que es el de sacar adelante un negocio en uno de los que yo suelo llamar “locales malditos” que son aquellos que por una u otra circunstancia (localización, aparcamiento o simplemente gafe) pongan el negocio que pongan no terminan de triunfar.
En este local han pasado en poco tiempo una franquicia de Chimarrao y el Restaurante La Caleta (no me dio tiempo ni a probarlo) entre otros.
Se encuentra a escasos 50 metros del Paseo Marítimo de Marbella y la entrada está por la pequeña calle en la que se encontraba antiguamente el tren turístico a la altura de La Pesquera del Faro (que ahora está dividida en dos partes, un italiano y otro con la comida que han tenido siempre)
De momento en el Restaurante Tres amigos están haciendo las cosas bien o esa es la impresión que yo me he llevado en las dos veces que tenido la oportunidad de comer allí.
Cuando menos es original ya que reúne diferentes tipos de comida que no se encuentran por la zona.
Con un chef holandés y un camarero colombiano, presentan una carta en la que se pueden encontrar desde platos típicos holandeses a fondue y raclettes más comunes en la cocina francesa y algunas carnes exóticas (cocodrilo, avestruz y algunas más) que no sabría ubicar en una cocina en particular.
Tiene una capacidad para unas 50 personas en el interior y otras tantas en la terraza.
Se puede comer a la carta, o a través de unos menús que sirven tanto de día como de noche y que incluyen varias opciones de entrante, varias opciones de plato principal y una opción postre. No incluyen bebida. El menú cuesta 12,50 Euros.
Una mantequilla especiada como aperitivo que está muy rica, y pasamos a los platos iniciales.
Entre los entrantes, hemos podido probar la croqueta Van Dobben típica de Amsterdam, la ensalada de espinacas y salmón, el vol au vent relleno de setas y gambas o una particular versión de la Quiche Lorraine. Lo cierto es que son platos bastante originales que cumplen el expediente sin destacar demasiado.
Entre los platos principales, además de los mencionados anteriormente, hemos probado el saté de pollo con salsa de cacahuete, que estaba muy bueno, el Surf and Turf que es una mezcla de gambas y solomillo que no destaca demasiado y el llamado “Plato del diablo” que es una combinación de carne y hongos entre otras cosas que resulta muy interesante.
De postre, una variante almendrada del clásico tiramisú que no me gustó demasiado y una tarta de queso bastante correcta.
El servicio es muy amable y siempre se agradece el chupito de invitación al finalizar.
La carta de vinos no está demasiado lograda.
El precio tanto de la opción del menú como la de la carta es muy aceptable teniendo en cuenta los precios de la zona.
Sin ser para tirar cohetes pero tiene los cimientos puestos para poder funcionar.
Valoración – 6,5/10