Lugar: Restaurante Santceloni
Dirección: Paseo de la Castellana 57 – Madrid
Teléfono: 91 210 88 40
Web: http://www.restaurantesantceloni.com/
En esta ocasión vamos con la experiencia vivida hace unas semanas en uno de los restaurantes más emblemáticos de Madrid: el restaurante Santceloni que ostenta en la actualidad dos estrellas Michelin.
Se encuentra situado en el Hotel Hesperia de Madrid si bien se puede acceder directamente al restaurante desde el propio Paseo de la Castellana.
Nos reciben en la planta calle y tras bajar unas escaleras accedemos a su señorial sala de corte clásico y rebosante elegancia y con mesas muy amplias que nunca llegaron a llenarse.
Desde el primer momento y tras pasar junto a su espectacular mesa de quesos se genera en tu cerebro una necesidad, nace una relación casi pecaminosa, un amor quesero a primera vista con el que fijas una cita para unas horas después. Esa cita llegaría concretamente 2 horas y media después aunque algunas miradas furtivas nos cruzamos en el entretiempo.
Tras sentarte en la mesa comienzas a percibir otro de los grandes atractivos de Santceloni, el exquisito servicio que en mi modesta opinión y siempre comparando con los restaurantes que conozco colocaría en el primer puesto de las listas madrileñas y en el tercero global tras Martín Berasategui y Vilajoya.
Amabilidad y atención máxima durante las más de tres horas que pasamos allí. Si bien para esta primera visita fui acompañado por un chef amigo de la casa y eso siempre influye positivamente, se aprecia observando otras mesas que la excelencia en el servicio es la que es.
Si bien soy de los que suelo optar por el menú degustación sin maridaje, en esta ocasión y guiado por mis acompañantes nos pusimos en manos de Oscar Velasco (jefe de cocina) y David Robledo (sumiller) para la ocasión.
En líneas generales la cocina de Oscar Velasco es una cocina de producto no exenta de técnica (al terminar la comida charló un rato con nosotros y nos explicó como elaboraba algunos de los platos) dando gran importancia al mercado y la estacionalidad de los productos.

Snacks
Una copa de manzanilla en Rama Sacristía AB para comenzar a la que le acompañan cuatro snacks correctos sin más. Llegan a la mesa también los panes artesanos (muy buenos) y la mantequilla Echiré (excelente)
Comienza el gran menú propiamente dicho con tres pequeños platos que van de menos a más
– Lomo de corzo
– Caballa marinada con caviar
– Tartar de vieiras
Si bien los dos primeros están ricos me gustaría hacer especial mención a uno de los grandes bocados que he tomado últimamente, el tartar de vieiras que va macerado en manzanilla, polvo de jamón y piel de limón, una autentica delicia.

Cesta de pan, Corzo, Caballa y tartar de vieiras
Como entrantes, el ravioli de ricotta ahumada coronado con caviar y acompañado de una crema de anchoas y aceitunas. Gran sabor del queso ahumado que obtiene todo el protagonismo del plato en mi opinión.

Ravioli de ricotta
Como siguiente entrante, Guisantes de Llavaneras con emulsión de queso parmesano, cebolla encurtida y huevo de codorniz. Plato redondo, muy visual en el que todos sus ingredientes mantienen un gran equilibrio.

Guisantes de Llavaneras
Y como colofón a los entrantes uno de los platos del año con estas alcachofas con apionabo y trufa negra con el jugo de jamón y centeno. Virtuosismo de los fondos de plato en una elaboración de muchas horas.

Alcachofas con apionabo y trufa negra
Como pescado nos sirvieron un mero con cebolleta ahumada, vino tinto y crema de remolacha. Gran producto y perfecta ejecución.
La otra estrella del menú junto a las alcachofas llegó a la mesa en forma de espalda de cabrito deshuesada con zanahoria, salsifí y rábano picante. Producto, sabor, textura. Un plato sin adornos que distraigan del protagonista principal.

Espalda de cabrito, salsifí y rábano picante
Y entonces llega ese momento tan esperado desde el principio de la velada que es cuando acercan a la mesa la grandiosidad en forma de quesos donde nosotros tras varios minutos escuchando una interesantísimas explicaciones sobre los mismos nos pusimos en manos del experto que nos sirvió un plato variado que combinase un poco de todo.

Mesa de quesos

Plato de quesos
En los postres, una de cal y una de arena. Poca gracia del coco helado con hinojo, manzana, dulce de membrillo y brandy que me dejó indiferente.

Coco helado
Si me gustó la sopa de chocolate y fruta de la pasión con avellanas, aceitunas de Kalamata y curry aunque también es cierto que tampoco entendí el aporte de todos los ingredientes.

Sopa de chocolate y fruta de la pasión
La experiencia termina con algunos petit fours de elaboración propia.

Petits fours
La bodega es de esas en las que los expertos se perderían entre sus más de 1600 referencias. En mi caso que soy de los que le gusta disfrutar de un buen vino sin que me tiemble el bolsillo no la disfruté tanto ya que el sobreprecio es excesivo.
Nosotros nos pusimos en manos del sumiller y comenzamos con un Ourive de 2012 D.O Ribeira Sacra al que le siguió un tinto Nit de Nin de 2009 D.O Priorat y unos vinos dulces Ariyanas David de 2011 de Málaga y un Malvasía aromática del 96 de La Palma.
Posiblemente la parte más negativa de la experiencia en Santceloni es comprobar al comparar con los precios de la calle como un vino de 19 Euros te lo cobran a 70 lo que me parece una barbaridad.
El servicio como ya comentaba anteriormente es sensacional, casi perfecto.
El precio es lo que marca la diferencia con cualquier otro restaurante y seguramente lo que en la mayoría de los casos supondrá la barrera de entrada ya que en nuestro caso y haciéndonos precio de “amigo” se nos fue casi a los 300 por comensal aunque también es cierto que gran parte de esta cuenta viene protagonizada por la bebida.
Visitar Santceloni es una gran experiencia. ¿Justifica su precio? Es una pregunta que dependerá de lo que busques pero gastronómicamente y teniendo en cuenta el hándicap precio me decantaría por otros de los grandes restaurantes de Madrid.
Valoración – 8,5/10
Por desgracia este tipo de situaciones de inflar los precios de los vinos suceden mas de la cuenta en grandes restaurantes. En Santceloni se añade además ciertos intereses en la distribución de algunos vinos de los que mencionas. Es una pena pero es así. Yo recomiendo siempre el descorche
Personalmente creo que se ha quedado muy por detrás de otros grandes restaurantes y lo confirma el hecho de que está semana fuimos porque no había mesa en ningún otro de los grandes restaurantes.
A mi no me gusta comer en una sala vacía y eso es lo que encontramos, todos los camareros pendientes de nosotros (lógicamente al final lo pagas)
Creo que en este sector hay que evolucionar o morir, y aqui hay poca evolución
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