Lugar: Restaurante Sasha Boom
Dirección: Calle Raimundo Fernández Villaverde 26 – Madrid
Teléfono: 91 199 50 10
Comenzamos la semana con uno de esos lugares que tras vivir la experiencia pasan a formar parte de tu lista de imprescindibles y del que no tengo ninguna duda del que será del agrado de los lectores fieles del blog que buscan algo más que una nueva apertura. Hoy os recomiendo el restaurante Sasha Boom, el nuevo proyecto de Francois Poplawsky y Jaime Renedo que recientemente ha aterrizado en la zona de Ponzano.
Sasha Boom se encuentra situado en el local que ocupaba Lakasa en Raimundo Fernández Villaverde al que le han dado una vuelta y le han dotado de una imagen mas juvenil y desenfadada para lo que han contado con el interiorista Juanjo Taboada. Luz tenue y persianas venecianas que contribuyen a generar una estética urbana.
En Sasha Boom quieren dar importancia a la barra y la terraza. El terraceo no es solo para los meses de verano sino que la idea es tenerla acondicionada durante todo el año. Cada día le gusta a mas a la gente comer en las barras e incluso hay lugares que han encontrado su identidad en este concepto. Como buen exponente de la cocina asiática, en Sasha Boom apuestan por la barra en la que además Igor Lameiras y Alexis Cárdenas Rodriguez te sorprenderán con sus creaciones de coctelería que por supuesto puedes tomar también la mesa como hicimos nosotros con este Jurassic que lleva vodka, sandía, jengibre, pepino y espuma de coco.
La cocina de Sasha Boom es la cocina de Jaime Renedo, un cocinero que con tan solo 22 años fue pionero en Madrid en lo que cocina asiática se refiere con el restaurante Asiana y posteriormente Asiana Next door. En la actualidad alterna sus horas de cocina entre Sasha Boom y el restaurante Pink Monkey donde combina ese componente asiático tan arraigado con otras cocinas del mundo.
Una carta no muy larga adaptada a los tiempos que mantiene algunos de los clásicos platos que le dieron el éxito como el kimuchi de zamburiñas o los mejillones nam jim y que está en constante evolución según lo que ofrezca el mercado. Cuenta además con dos menús degustación que también van cambiado.
Nosotros como creo que hay que hacer en este tipo de lugares nos dejamos asesorar y la experiencia no pudo ser más gratificante. Un nivel muy alto de la mayoría de los platos que pasó a detallar a continuación.
Tras el kimuchi y el mejillón, llega el turno del spicy tuna chapati y las ostras fritas picantes, el primero es su particular versión del tartar de atún con pan chapati. Rico y conceptualmente divertido si bien es al único bocado al que le pondría un “pero” y le daría un toque mas de potencia. Las ostras quedan muy equilibradas con el picante y nos gustaron mucho.
La cosa de pone muy seria con uno de los “platazos” de la velada, el sashimi de vieiras con nam prik de camarones, pepino y gambón, lemongrass, melón y gazpacho de chiles que agregan en la mesa.
Le sigue una interesante versión del ceviche de pescado y marisco que lleva corvina, pulpo y langostinos al que han bautizado como globe trotter y le han añadido dos signos de exclamación para dejar claro que este plato es solo para atrevidos del picante ya que su combinación de 8 tipos diferentes de chile de diferentes partes del mundo no pasa desapercibida.
Divertida la pizzeta libanesa que va rellena de tres tipos de queso, halloumi, scamorza y mató, además de hierbabuena, aceitunas de calamata y tomate confit. Rica armonía de sabores.
No podéis visitar Sasha Boom y no hacer un recorrido por sus dumplings ya que son de las grandes estrellas de la casa. Me gustó mucho el dim sum de cangrejo y pollo pero si me tengo que quedar únicamente con un plato, este sería el dumpling de carabinero que lleva curry rojo thai de sus cabezas. Delicadeza pura con este plato para pedir una y otra vez.
Finalizamos nuestro homenaje en lo que a los platos salados se refiere con el curry verde thai de carrillera ibérica muy bueno de sabor y buena dosis de potencia.
Normalmente en los restaurantes de cocina asiática suelen pinchar cuando la cosa se vuelve dulce pero para nuestra grata sorpresa en Sasha Boom también aciertan con el postre y es que la combinación del mochi casero de mango, tamarindo y chile combina a la perfección con el sorbete de coco y lima, el mango lassi y el bizcocho de té y yogur.
Una carta de vinos correcta a precios de mercado que como comentaba anteriormente se complementa con una mas que interesante oferta de cócteles.
El servicio de sala es amable y profesional y te explican con todo lujo de detalles la composición de cada uno de los platos que llegan a la mesa.
El precio de una cena está en torno a los 35-40 euros que teniendo en cuenta el nivel gastronómico que tiene me parece una relación calidad precio mas que adecuada
Sasha Boom es ante todo un lugar de los que a mí me gusta llamar “disfrutones” más allá de moda, decoración y servicio, que por supuesto que todo suma, en Sasha Boom todo está muy rico que al fin y al cabo a mí es lo que me importa por lo que lo incluyo entre las recomendaciones del blog y no tardaré en volver.